27.9.07

CUANDO LOS MODALES HABLAN

Los tiempos han cambiado. El ritmo acelerado, la demanda constante, las necesidades diversas y apremiantes han sido causa de la pérdida de algunos códigos…pero ¿Y los modales?
Algunas personas parecen haberlos olvidado, o perdido, -si es que alguna vez los tuvieron…-
Personas que no saludan, interrumpen, no dejan hablar, no dicen gracias, o pasan primero por una puerta, simplemente porque la abrieron ellos.
Individuos algo toscos, como si hubieran nacido en una caverna o como si los siglos de civilización no los hubieran tocado. Individuos apenas avanzados en la escala evolutiva.
Se mueven en manadas de individuos como ellos, y en general no aceptan la diversidad, todos piensan igual, actúan de la misma manera, y tienen una actitud algo soberbia hacia los que no son sus iguales.
No dicen permiso, al interrumpir una conversación; simplemente la interrumpen! No se disculpan si deben pasar frente a alguien… Algo así como pura acción, o puro movimiento, o falta de palabras…
Pero… Sus modales hablan por ellos. Y dicen mucho más que mil palabras.
Generalmente no parecen tener una inteligencia brillante, apenas un toque de viveza. De otra manera conocerían la importancia de las relaciones humanas y las normas básicas de convivencia
Al interrumpir, o no dejar hablar dicen, claramente, desconocer o no tomar en cuenta la opinión ajena
O quizás no pueden prestar atención, o escuchar.
Estos individuos no parecen mala gente, quizás son muy trabajadores, buenos soldados que jamás serán generales, porque quien pasa primero por la puerta, no tiene aptitudes para ocuparse de su tropa.
Seres que no saben agradecer, ni tampoco reconocer el esfuerzo ajeno, por lo que son desagradecidos y algo egocéntricos, solo importa la opinión de ellos.
De acuerdo al perfil surgen algunas posibilidades:
Es de suponer que individuos que desconocen normas, que no aprenden, que no saben escuchar, a quienes solo importa su propia opinión, desagradecidos y a los que los demás les tiene sin cuidado… no obtuvieron los beneficios que seguramente creen merecer.
Y eso ¿algo de rencor genera, verdad? ¿O quizás su corazoncito envidie a quien –según su opinión- “tuvo suerte” (no olvidemos que él es siempre el primero)
Cabe preguntarse, ¿Qué dirá de los demás el individuo que se cree tan maltratado por la vida?.
En fin, que los modales hablan mas que mil palabras, porque se pueden guardar algunos códigos, pero a la larga… se muestra la hilacha!
Si Usted conoce a alguien así, alguien que a duras penas le deja “inyectar un pensamiento” ¡obsérvelo por más de una semana! Y si le cierra la puerta en la cara, o trata de imponer su necesidad a la suya, o no lo deja hablar, o no le dice gracias o se la pasa hablando de las injusticias de la vida…
¡CUIDADO! ¡Es un cavernícola peligroso que a la larga va a dirigir el garrote a su cabeza!

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